viernes, 30 de septiembre de 2016

Diferencias de la enfermería entre España y UK (Segunda parte)

¡Buenos días desde tierras madrileñas!

Qué bien sientan las vacaciones… Aunque en unos días ya vuelvo a Londres y comienzo una nueva etapa… pero la verdad, me quedaba en Madrid muy tranquilamente.
Hace una semana os explicaba las diferencias académicas y de “rango” que existían en Reino Unido. Hoy, nos vamos a centrar en las diferencias del día a día, esas que hacen que a veces este trabajo se haga un poco pesado de más y planteemos tirar la toalla (porque sí, eso ocurre).


Acordaos de ese maravilloso primer dia de trabajo. Acabas tu diplomatura (en mi caso) y no tienes ni puñetera idea de por dónde te da el viento. Y llegas, con tu carita de jovenzuelo a la planta y te presentas: “Hola, soy David, es mi primer día aquí…”. Y te miran como si te hubieses escapado de la guardería y te dicen: “vale, llevas desde el paciente 15 al 30”. ¡Empiezan los juegos del hambre!
Preparar medicación, tienes que sacar 5 analíticas, 2 pacientes se van a quirófano, uno se ha arrancado la vía, al otro se ha quitado la sonda nasogástrica, no sabes ni dónde están las gasas… quién me mandó terminar la carrera, con lo tranquilo que estaba de alumno…

Bueno, si estáis en Reino Unido y es vuestro primer trabajo, ¡estáis de enhorabuena! Por lo menos, en parte.
No has adquirido manías, eso es muy bueno, y, además, estás durante un tiempo tutorizado pero cobrando tu sueldo, ¡eso es mejor aún! La parte mala es cuando acaba ese periodo, te sientes completamente inútil hasta pasado un tiempo.
He de reconocer, que el periodo en el que estás tutorizado, de supernumerary como dicen por estas tierras, es una gozada que en España no existe y debería ser fundamental. Y no solo hablo de cara al trabajador, que va a estar mucho más tranquilo con lo que hace, sino también de cara a la seguridad de los pacientes. Además, siempre que empieces un nuevo puesto de trabajo estarás más o menos tiempo, en función de cómo avances (suelen ser 4 semanas, aunque depende). Y si es tu primer trabajo en UK, te sirve para conocer el NHS, que tiene sus peculiaridades, para mejorar tu inglés, si te hace falta, y para ir asentándote en el que va a ser tu día a día. Además, este periodo de adaptación hace que podamos optar a puestos que en España serían una quimera, esos en los que te dicen “se requieren 6 meses de experiencia”, la cual nunca alcanzaré ya que no me dejáis tener ni un día de experiencia. Así que, cuando vengáis, mirad puestos en unidades como UCI (ICU/ITU), urgencias (A&E) o quirófano (theatre) si de verdad os gustan, porque en muchos aceptan a gente sin experiencia porque cuentan con que te van a formar ellos.

Pero claro, una vez que acabas tu periodo de supernumerary y empiezas a trabajar todo te resulta raro. No pones vías, no das medicación, no sacas sangre, no pones sondas y un largo etc… Para hacer todo eso, necesitas unos trainings que te irás sacando con el paso del tiempo. ¿Y qué haces al principio? Pues todos los aseos y cambios posibles, tomar todas las constantes y frustrarte cada vez que hay que hacer algo que llevas 6 años haciendo (en mi caso) y que de repente te dicen que no puedes porque te hace falta un curso.
Para mi gusto, esta es una de las peores partes. Sí, no todo nuestro trabajo se centra en las técnicas. Pero me parece irracional que un paciente necesite un suero salino o un antibiótico intravenoso y tenga que dar vueltas por la planta buscando a alguien que pueda, y ese suero/antibiótico se acabe poniendo 4 horas más tarde de lo que se necesitaba en un principio. O que un paciente necesite una vía y no pueda ponerla yo. Que a ver, es su sistema y lo entiendo, pero me choca demasiado. También es cierto que se aseguran que antes que lo hagas, te hayan dado el dichoso curso, eso está bien, aunque a veces ese curso sean 20 minutos de explicación absurda que podrías haber leído tú en tu casa tranquilamente.

Habréis escuchado muchas veces eso de: “Es que en Reino Unido no se trabaja como enfermero, se trabaja como auxiliar”. Tiene una parte de razón y una de mentira. En España estamos acostumbrados a tener unos TCAEs maravillosos, y no es broma, que se encargan de muchísimas cosas que en realidad son responsabilidad nuestra aunque la deleguemos. Aquí, no. Aquí vas a hacer el trabajo del HCA y el tuyo, y claro, eso se nota. Pero una vez que tienes tus cursos y puedes canalizar, administrar medicación intravenosa y un largo etc, tu trabajo es exactamente el mismo que en España, añadiendo las funciones del HCA (bueno, y administrativo, y camarero…). Es cierto que hay cosas que las suelen hacer los residentes de medicina, sobre todo canalizar accesos venosos, sacar sangre y poner sondas vesicales; o existe una figura para ello como es la de flebotomista que se encarga, única y exclusivamente, de sacar sangre. Pero eso no implica que no lo puedas hacer tú.

Y junto al problema de la necesidad de un curso hasta para preparar tazas de té (dios mío, ya os hablaré de esto porque es apasionante), llega mi mayor enemigo… ¡el papeleo! Papeles absurdos, de todos los colores, con todas las tonterías que se te puedan ocurrir. Uno para apuntar la glucemia, otro para apuntar si necesita barandillas en la cama, otro para el estado de la piel, otro para los accesos venosos, otro para las deposiciones… y parecerá que exagero, pero cada día tengo que rellenar de cada paciente entre 10 y 15 papeles distintos, cosa que consume una gran cantidad de mi tiempo, os lo puedo asegurar. Todo sería bastante más sencillo si existiesen ordenadores o se le diese más importancia a la historia de enfermería, donde poder apuntar todo aquello que has hecho durante tu turno, de una manera sistematizada.
Y lo que más me molesta del papeleo, al margen de todo el tiempo que me quita, es la importancia que se le da. No has hecho nada en tu turno si no has rellenado el papeleo, eso es así. A veces me da la sensación que es más importante eso que los propios pacientes, pero es un poco la cultura que se vende en el NHS. Eso y cuidar tu PIN, ya que vives con la tensión constante de que vas a hacer algo por lo que te inhabiliten de por vida (como poner una vía sin training y que te pille quien no te tiene que pillar, cuidado con esas tonterías).

Luego hay diferencias en el día a día que son más culturales que propias de la profesión. Por ejemplo, a mí en España no me resultaba raro que un familiar me dijese “tranquilo, estoy yo aquí doy de comer/aseo a mi padre/madre/whatever…” Aquí os podéis olvidar completamente de eso. Puede estar el familiar, la comida en la mesa y el paciente sin comer, que te van a decir “bueno, ¿no vas a darle de comer o qué?”.
Y os podéis tomar a coña lo de la taza de té, pero me han llegado a echar la “bronca” porque la ronda de la tarde del té no había pasado… sí, es para flipar.

No todo son cosas malas en este país, solo que de las malas son de las primeras que te das cuenta. Ya prepararé alguna entrada con las cosas que más y menos me gustan en Reino Unido.
Tengo muuuuchas cosas que contar en este blog. Asi que si queréis saber algo en concreto, comentádmelo por aquí o twitter y puedo preparar una entrada al respecto.

Espero que os haya gustado la entrada de hoy.

¡Nos vemos el próximo viernes!

2 comentarios:

  1. Hola, después de leer tu primera entrada del blog tengo una pregunta para ti. Desde lo sucecido con el brexit has notado un mayor crecimiento de desprecio a las personas como tu, que trabajais en el sistema sanitario británico pero sois de fuera? Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola! Lo primero, gracias por participar en el blog :)
      Pues, siendo sincero, no, no he notado ninguna diferencia. La gente que ya se quejaba de la existencia de extranjeros aquí, lo sigue haciendo como antes, pero nada más.
      Nunca he tenido ni una mala palabra, ni una mala mirada, ni nada. Al revés, la gente suele interesarse y preguntarte.

      Espero haber resuelto tu pregunta.

      ¡Un saludo!

      Eliminar